—Vamos a encender la parrilla esta noche —dice la anciana, dando palmaditas afectuosas en el brazo de su esposo—. Tengo unas costillas marinándose desde esta mañana. ¡Deberían unirse a nosotros!
Grace tartamudea a mi lado, sus mejillas sonrojándose mientras sus ojos van de mí a nuestros nuevos vecinos, demasiado amigables.
—Oh, eso es...
—¿Va a haber SALCHICHAS? —interrumpe Jer, rebotando sobre sus dedos con una energía maníaca que me hace preguntarme si es capaz de quedarse quieto por más de tres segundos.
Grace susurra:
—Es brat... no salchi.
El niño cruza los brazos, desafiante mientras frunce el ceño a Grace. Tiene agallas, pero tendrá que aprender a no enfrentarse tan fácilmente a una Luna.
—Me gustan las salchichas.
—Al menos deberías decir la palabra correctamente —murmura Sara, colocando convenientemente a Jer entre ella y Fenris. Probablemente no cree que nadie lo note, pero yo sí.