Rescate Inesperado y Emociones Enredadas

El cuchillo brillaba bajo las duras luces del almacén, su filo mortal acercándose a mi brazo. No podía respirar, no podía moverme, ni siquiera podía gritar. Todo lo que podía hacer era cerrar los ojos y prepararme para el dolor.

Entonces llegó el sonido—vidrio rompiéndose, seguido de un golpe sordo.

Mis ojos se abrieron justo a tiempo para ver a mi captor desplomarse en el suelo, con fragmentos de botella de cerveza brillando en su cabello. La sangre goteaba por su frente mientras se desplomaba hacia adelante, pero antes de que pudiera procesar lo que había sucedido, Rhys estaba allí, moviéndose con una velocidad aterradora.

Arrebató el cuchillo del aflojado agarre del hombre, lo volteó con facilidad practicada, y lo hundió profundamente en el brazo del captor. El grito agonizante del hombre resonó por todo el almacén mientras Rhys giraba la hoja, su rostro una máscara de furia fría.