Un Nuevo Compañero y la Mirada Vigilante de un Alfa

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—Juro que la forma de conducir de Ethan nos va a matar a ambos antes de que lleguemos al campus —murmuré, aferrando mi mochila contra mi pecho mientras el elegante coche deportivo de Ethan se desviaba hacia un lugar de estacionamiento.

Apagó el motor y me lanzó una sonrisa.

—Llegamos cinco minutos antes. De nada.

—Estamos vivos. Ese es el verdadero milagro —abrí la puerta y salí, alisándome los vaqueros.

Se sentía extraño llegar con Ethan, como si de repente estuviera conectada a la Pandilla Poderosa por proximidad. Mis ojos escanearon el estacionamiento instintivamente, buscando el Mustang negro de Rhys, pero no estaba a la vista.

—¿Buscas a alguien? —la sonrisa burlona de Ethan me dieron ganas de abofetearlo.

—Solo me aseguro de que no haya testigos que denuncien tu atroz forma de conducir —respondí, colgándome la mochila al hombro.