En la Cabaña Jingxin.
Gu Chaoyan no tenía idea de lo que la Señora Lin había dicho sobre ella mientras bebía el té.
Qing ya había terminado de empacar y vino a servirle té a Gu Chaoyan.
Cuando Lin Jiaxing entró, se encontró con esta hermosa escena. De repente, pensó en su hermana fallecida. Antes de que su hermana se casara, ella también era así. Le gustaba sentarse en la habitación, bebiendo té. Si tan solo siguiera viva... Lin Jiaxing dejó de pensar más en eso. Dejó escapar un suspiro y entró en la habitación.
Al verlo entrar, Gu Chaoyan se levantó.
—Hola, Tío.
Los ojos de Lin Jiaxing se humedecieron. Asintió con una sonrisa y le entregó la caja que llevaba en sus brazos.
La caja estaba hecha de sándalo, pequeña, exquisita y bien conservada. Gu Chaoyan abrió la caja y sacó la lista. El papel se sentía muy grueso. Supo al instante cuán abundante había sido la dote de su madre.
Su abuelo había tratado muy bien a la madre de Gu Chaoyan.