El Mar

Al oír las palabras, la Señora Gu se rió.

A los jóvenes siempre les gustaba soñar.

—Chaoyan, es bueno que seas ambiciosa, pero tienes que tener una comprensión clara de ti misma. Puede que tengas habilidades con algunos conocimientos médicos, ¡pero las familias de alto estatus social no te tomarían como esposa solo por ese detalle!

—….

—Acabas de regresar de la Familia Lin, y eres muy consciente de cómo te trató la Familia Lin. Así son las familias de comerciantes, y ni hablar de las familias de funcionarios. ¿Crees que vas a tener un futuro mejor que tu Segunda Hermana? —dijo la Señora Gu en tono burlón, rió y sacudió la cabeza.

Con razón Chaoyan insistió en ir a buscar la lista de dotes de la Familia Lin. Estaba tratando de conseguir una buena familia para casarse.

Sin embargo, el resultado fue el mismo que ella había supuesto.