Lío

—Voy a revisar la dote que dejó mi madre —dijo Gu Chaoyan con calma.

Todos en la sala quedaron conmocionados.

¿La dote, las tiendas? ¿Por qué seguía pensando en las tiendas?

—¡No! —La Señora Gu dio un paso adelante y rechazó la propuesta. Ella había estado administrando las tiendas estos días, y nunca iba a estar de acuerdo con su sugerencia de quitarle las cosas.

La Señora Gu se volvió hacia la Señora Gu, esperando que ella también pudiera rechazar la propuesta.

La Señora Gu era muy consciente de la gravedad detrás de este asunto. Abrió la boca, pero no logró pronunciar palabra.

—¿La Señora Gu me lo prometió, verdad? Usted dijo que si renunciaba a mi posición como hija lineal y se la cedía a Gu Ruxue, entonces me entregaría las dotes de mi madre —dijo Gu Chaoyan.

Apenas pronunciadas estas palabras, Gu Chaoyan lanzó una mirada fija a la Señora Gu y preguntó:

—¿No estará rompiendo su promesa, verdad?