—¿Ah sí? Solo estoy revisando las cuentas de las dotes de mi madre, ¿por qué está involucrada la Sra. Gu en esto? ¿Estás diciendo que la Sra. Gu está tratando de tomar posesión de las dotes de mi madre? —dijo Gu Chaoyan sin mostrar cortesía.
El caos en el interior había llamado la atención de algunos lugareños afuera.
Al escuchar lo que dijo Gu Chaoyan, todos comenzaron a murmurar entre ellos.
La tienda de ropa no tenía una gran reputación, pero esas personas comunes no se atrevían a hacer nada sabiendo que pertenecía a la Sra. Gu. Sin embargo, cuando escucharon una noticia tan impactante, comenzaron a chismear.
—Es cierto, las dotes no pertenecen al marido, ¡sino al hijo!
—Escuché que la Sra. Gu no es la esposa legítima, sino la concubina.
—¿Crees que ella ha tomado posesión de las dotes?
Los espectadores comenzaron a charlar y difundir el chisme.