El Siniestro Mensaje del Bosque y una Confesión Acalorada

Mi estómago se revolvió mientras miraba el cuerpo, los ojos sin vida de la chica parecían atravesarme. Un mensaje, había dicho Jaxon. Esto era un mensaje para mí.

—Necesitamos acercarnos más —susurré, saliendo del abrazo protector de Jaxon.

Su mano salió disparada, agarrando mi muñeca.

—¿Estás loca? Quédate atrás.

Tiré contra su agarre.

—Necesito ver lo que está tallado en su pecho.

El bosque permanecía anormalmente silencioso a nuestro alrededor, esa sensación de ser observados aún me erizaba la columna. Pero algo más estaba tomando el control: una parte desapegada y analítica de mi cerebro que reconocía esto como evidencia, como algo que necesitaba documentar y entender.

—Jax, suéltame —dije, con voz más firme ahora—. Lo que sea que esté escrito en ella podría decirnos quién hizo esto.