Navegando un Nuevo Mundo: De la Náusea a la Cola de una Discoteca

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En el momento en que mis pies tocaron el pavimento del mundo humano, mi estómago se revolvió violentamente. Me doblé, presionando mi palma contra la pared de ladrillo del callejón para sostenerme mientras la bilis subía por mi garganta.

—Oh, Dios —gemí, luchando contra las ganas de vomitar. Mi cabeza daba vueltas como si acabara de bajarme de la montaña rusa más agresiva del mundo.

A mi lado, Rhys emitió un sonido ahogado antes de caer de rodillas sobre el concreto. Me miró con ojos llorosos.

—¿Siempre es así?

—La primera vez entre reinos suele causar náuseas —explicó Kaelen, el único entre nosotros que parecía perfectamente bien. Se mantenía erguido, ajustándose los puños como si acabáramos de salir de un auto de lujo en lugar de habernos teletransportado entre dimensiones.

Ronan se inclinó hacia adelante, con las manos en las rodillas, respirando pesadamente. Su cabello cobrizo caía sobre su frente mientras luchaba por recuperar el control.