La Bienvenida Inconsciente de una Madre y la Mano Guía de un Librero

Me desperté sobresaltada, con el corazón acelerado y el sudor cubriendo mi piel. Por un momento, no pude recordar dónde estaba. El techo sobre mí era desconocido, la cama demasiado suave. Entonces todo volvió a mi mente de golpe—la huida, la violencia, Willow encontrándome.

—¿Estás bien? —la voz de Willow llegó desde la puerta. Estaba allí en pijama, con el pelo levantado en ángulos extraños, la preocupación grabada en su rostro.

—Pesadilla —logré decir, incorporándome. Mi cuerpo dolía menos que ayer, lo cual era buena señal. Sin mis habilidades de curación de Gris funcionando a plena capacidad, tendría que recuperarme a la manera humana—lenta y dolorosamente.

—¿Quieres hablar de ello? —se adentró en la habitación, posándose en el borde de la cama.