Cicatrices, Secretos y Necesidades Urgentes

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Observé el suave subir y bajar del pecho de Kaelen mientras Lysander continuaba revisando sus signos vitales. Mis emociones eran un desorden confuso – alivio de que estuviera vivo, ira porque había ocultado nuestro vínculo, y algo más que no podía nombrar exactamente.

—Está estable —confirmó Lysander, rompiendo mi trance—. La curación que iniciaste es notable, considerando tu entrenamiento limitado.

Me encogí de hombros, haciendo una mueca cuando el movimiento tiró de mi espalda herida.

—Tu turno —dijo Jaxon, con la voz tensa desde su cama de hospital. Sus ojos se fijaron en los míos – resueltos a pesar del dolor evidente en ellos.

—Estoy bien... —comencé a discutir.

—Mentira —me interrumpió—. Estás tambaleándote donde estás parada, Haz.

Antes de que pudiera protestar más, Lyra estaba a mi lado, guiándome para sentarme en el borde de una cama vacía.

—Déjame ver tu espalda.