Una Mañana Vinculada: Secretos, Preocupaciones y Finales Justificados

Me desperté envuelta en los fuertes brazos de Kaelen, su latido constante bajo mi oído. Por un momento, simplemente me quedé ahí, absorbiendo el calor de su cuerpo y la increíble sensación de seguridad. Después de todo lo que había pasado, todavía no podía creer que estuviéramos aquí, juntos, vinculados.

—Buenos días —su voz profunda retumbó a través de su pecho.

Incliné la cabeza hacia arriba, encontrándome con sus brillantes ojos azules.

—Buenos días.

Sonrió, esa sonrisa rara y genuina que transformaba su rostro habitualmente serio en algo impresionante. Su mano trazaba perezosos patrones en mi espalda desnuda.

—¿Cómo te sientes? —preguntó.

La pregunta era simple, pero de repente hizo que todo volviera a derrumbarse. La alegría de nuestra noche de vinculación se vio inmediatamente moderada por el peso de la realidad. Estaba embarazada. Del bebé de Jaxon. Y la mitad de mis vínculos seguían atrapados en el Reino Gris.