Song Yun, llevando a Ye Qingqing consigo, llegó al salón principal para comenzar a seleccionar piedras. Usando la función de perspectiva, se sorprendió al descubrir una piedra que en realidad contenía tres colores diferentes de jade.
¡Eran verde, negro y rojo!
¡Esto era extremadamente raro, verdaderamente un tesoro que podría pasar de generación en generación!
Apenas Song Yun había puesto su mano sobre la piedra cuando una voz vino desde su lado.
—Buenos días, señor. ¿Puedo preguntar si está interesado en apostar con piedras?
La voz pertenecía a uno de los expertos en apuestas de piedras del club, cuyo trabajo era guiar a los clientes para encontrar piedras de buena calidad y luego venderlas. Como recompensa, el 20 por ciento del precio de compra de las piedras se convertiría en su comisión.