Deng Qi, habiendo regresado a la Ciudad Cuarenta y Nueve, no podía dejar de pensar en Song Yun. Silenciosamente utilizó sus conexiones para investigar los antecedentes de Song Yun durante mucho tiempo, pero la única conclusión a la que llegó fue esta: ¡No sigas indagando, porque lo único que hay por delante es un callejón sin salida!
Así, Deng Qi se vio obligada a ocultar sus tiernos sentimientos por Song Yun. Sin embargo, ¡nunca imaginó que su próximo encuentro sería en un lugar como este!
—¡¿El... el hombre más rico de la Capital Mágica, el Sr. Song?!
La multitud también exclamó sorprendida; ¡nadie esperaba que un hombre vestido tan ordinariamente poseyera una identidad tan noble!
El padre y el hijo de la familia He tenían los rostros pálidos mientras miraban fijamente a Song Yun.
—Buenos días, Sr. Song, mi familia... mi Familia Deng no se entrometerá en el asunto de hoy...
Deng Qi hizo una profunda reverencia a Song Yun, su voz cargada de miedo.