Hace veinte años, Adrien Valloir—alias El Spectre—controlaba el mundo desde las sombras.
Francia fue su cuna, pero los tentáculos de su influencia se extendían por América, Asia y Europa del Este. Conocía los secretos de gobiernos, traficaba armas y verdades, y manipulaba incluso a aquellos que decían controlar el poder. Pero en el mundo del engaño, nadie es intocable. Su propia organización, por miedo o por codicia, lo traicionó.
La noche de su caída, Adrien fue citado en una de sus propiedades privadas en Marsella, un búnker subterráneo donde solo los altos mandos tenían acceso.
Adrien caminaba por el pasillo que lo llevaba al búnker, cuyo bunker era como volver a casa para adrien, Marsella el lugar donde nació uno de los más grande narcotraficantes y manipulador del mundo.
Cuyo nombre era Adrein Valloir
—pero era más conocido por su alias spectre—