Terminé de refinar las Píldoras de Nutrición del Alma y las examiné con satisfacción. Diez especímenes perfectos—pequeñas píldoras verde jade que emitían una tenue fragancia herbal. Mis dedos hormigueaban con energía espiritual mientras las colocaba cuidadosamente en un recipiente de jade.
Sorprendente cuánto había cambiado en tan poco tiempo. Hace apenas semanas, no podría haber imaginado crear algo tan potente. El conocimiento heredado de mi colgante de jade continuaba desplegándose en mi mente, revelando secretos que se habían perdido por generaciones.
Un golpe en mi puerta interrumpió mis pensamientos.
—Adelante —llamé, cerrando el recipiente de jade.
Roman Volkov entró, luciendo impresionado cuando su mirada cayó sobre mi trabajo. —Has estado ocupado.
—Estas Píldoras de Nutrición del Alma fortalecen la fortaleza mental mientras aceleran la absorción de energía espiritual —expliqué—. Valiosas para cualquier cultivador, especialmente durante intentos de avance.