Capítulo 50 - El Jugador Invisible: Un Coro de Desprecio

Atravesé la entrada del lugar de negocios, con Eamon Greene siguiéndome ligeramente por detrás. En el momento en que crucé el umbral, sentí el peso de docenas de ojos girando en mi dirección. La conversación en la sala disminuyó momentáneamente antes de reanudarse con renovada intensidad—ahora salpicada de susurros y miradas no tan sutiles hacia mí.

Seraphina Sterling estaba cerca del centro de la habitación, su vestido carmesí en marcado contraste con su piel pálida. Cuando nuestras miradas se encontraron, sus labios se curvaron en una sonrisa despectiva. A su lado, Gideon Blackwood le susurró algo al oído, haciéndola reír—un sonido que se extendió por la habitación como cristal rompiéndose.

—Ignóralos —murmuró Eamon a mi lado—. Recuerda por qué estamos aquí.

Asentí ligeramente.

—No me preocupan Seraphina ni Gideon.