Capítulo 54 - La Furia de una Malcriada, El Plan Astuto de un Padre

La bofetada resonó por el mercado como un trueno, silenciando las conversaciones cercanas. La cabeza de Alaric se giró bruscamente por la fuerza del golpe de Nora, pero su expresión permaneció impasible, aunque una marca roja de mano comenzaba a formarse en su mejilla.

—¿Te atreves a quedarte ahí sin hacer nada? —chilló Nora, con el rostro contorsionado de rabia—. ¡Ronan!

Una montaña humana dio un paso adelante desde detrás de ella. Con más de dos metros de altura y músculos que tensaban su traje a medida, Ronan Russell era el tipo de guardaespaldas destinado a intimidar con su mera presencia.

—Enséñale modales a este perro irrespetuoso —ordenó Nora, señalando a Alaric.

Me adelanté, colocándome entre Alaric y Ronan. —Es suficiente.

Los ojos de Nora se abrieron de par en par, como si no pudiera creer que alguien se atreviera a intervenir. —Esto no te concierne. Apártate antes de que también salgas lastimado.