Me paré frente a Caldwell, el video reproduciéndose en mi teléfono mientras su rostro se contorsionaba de confusión a reconocimiento, y finalmente a miedo. El clip mostraba claramente su encuentro con Conrad Thornton, aceptando dinero y conspirando contra Roman Volkov.
—Sr. Knight, puedo explicarlo —tartamudeó Caldwell, con la frente perlada de sudor.
—Adelante —dije fríamente—. Explica por qué traicionaste a alguien que confiaba en ti.
Sus ojos recorrieron la habitación como un animal acorralado. Estábamos solos en su oficina—solo nosotros dos y la evidencia condenatoria.
—Solo era negocio —finalmente soltó—. La familia Thornton me ofreció más de lo que Volkov jamás podría. Entiendes de negocios, ¿verdad?
Mi mandíbula se tensó.
—¿Negocios? ¿Llamas 'negocios' a sabotear las operaciones de Roman? Personas podrían haber muerto por tus acciones.
La expresión de Caldwell cambió, calculando nuevos ángulos.