Me paré a la cabecera de la larga mesa de caoba en el gran salón de reuniones de la familia Thornton. Mi mirada recorrió los rostros de los patriarcas de las familias más poderosas de Eldoria—hombres que habían controlado esta provincia durante generaciones.
Ahora me responderían a mí.
—Caballeros —comencé, con voz firme y mesurada—. Gracias por aceptar mi invitación.
Conrad Thornton se sentó a mi derecha, su expresión neutral pero sus ojos vigilantes. El mensaje era claro—este era mi espectáculo ahora.
Jaelen Wyatt de la familia Pierce se movió incómodamente en su asiento.
—Knight, ¿cuál es el propósito de esta reunión? Todos tenemos negocios que atender.
Sonreí levemente.
—Sus negocios pueden esperar. Mi tiempo, sin embargo, es precioso.