No podía dormir. La oportunidad que el Comandante Wood me había presentado era demasiado significativa para ignorarla. Una oportunidad de ir a Ciudad Veridia—de estar cerca de Isabelle otra vez. Mi mente se aceleraba con posibilidades mientras miraba fijamente al techo de mis aposentos.
—Isabelle —susurré su nombre en la oscuridad, preguntándome si ella también estaría pensando en mí.
La última vez que había visto su rostro, esos hermosos ojos estaban llenos de lágrimas. Los Ashworths se la habían llevado, pensando que la distancia rompería nuestra conexión. Estaban equivocados.
Me levanté y caminé hacia la ventana, contemplando el cielo nocturno. Mañana marcaría el comienzo de mi nuevo rol con el Equipo Dragón Tigre. Pero mi verdadero enfoque seguía siendo claro: esta posición era simplemente un medio para un fin—un camino de regreso a Isabelle.