Una chica de 21 años escribe su vida en hojas que nunca fueron pensadas para ser leídas. Vive sola en su mente, sobrevive en silencio en la ciudad gris de Thalvénar, un rincón del país ficticio de Dravénka. En cada página, deja rastros de lo que no puede decir en voz alta.
Este no es un libro de superación.
No es una historia de cómo alguien salió adelante.
Este es un diario.
Uno real. Uno que sangra.
Yemenifesi no escribe para que la entiendan.
Escribe porque, si no lo hiciera, probablemente ya no estaría aquí.
Y tú, lector, tal vez también necesitabas leer esto.
Aquí no hay héroes. No hay finales felices. Solo palabras crudas que duelen. Pero a veces, eso también es necesario