Capítulo 7

Pensando en esto, no pude evitar sentir un escalofrío recorrer mi espalda.

Con razón aquellas Hijas Sagradas que regresaron con vida mantuvieron la boca cerrada.

¡Habiendo presenciado el infierno, no se atrevieron a provocar a estos demonios abisales!

¡Por eso generación tras generación han sido engañados!

—Te aconsejo que escuches obedientemente y hagas lo que se te dice: mátalo, luego encuentra una manera de satisfacernos adecuadamente, ¡y vivirás!

—¡Así es! ¡No termines como esa tonta de hace diez años!

Las palabras de los seguidores me pusieron instantáneamente en alerta.

—¡¿Hace diez años, qué le pasó a la Hija Sagrada de nuestra aldea?!

Miré fijamente al seguidor que acababa de hablar.

Los ojos del otro eran aún más desenfrenados.

—¿Oh? Te importa tanto ella, ¿qué es para ti? —se burló de mí.

Levanté directamente un cuchillo afilado y lo apunté hacia él.

—Di otra palabra sin sentido, ¡y serás el primero que mate!