Liu Na, quien siempre había sido reservada, habló en ese momento:
—Tiezhu, ¿por qué no te casas con nosotras dos hermanas? ¡Así, siempre podremos estar a tu lado!
—¿Qué te parece?
Al escuchar las palabras de Liu Na, la sonrisa en el rostro de Zhao Tiezhu simplemente no podía detenerse.
Sabía que había conquistado completamente los corazones de estas dos hermanas.
Sin embargo, conquista aparte, todavía necesitaba escapar. Después de todo, había un furioso Zhang Yu afuera, y si no huía, su vida podría estar en peligro.
Siempre es inteligente mantener una colina verde bajo tus pies, para no quedarte sin leña que quemar.
Con su audición mejorada por el Poder Divino, Zhao Tiezhu podía escuchar todo lo que Liu Lanxiang y Zhang Yu estaban diciendo afuera, y lo escuchaba con total claridad.
En ese momento, Zhang Yu se sentía cada vez más inquieto al ver a Liu Lanxiang hablando sin parar, sin intención de hacer una pausa.