Estas palabras habían estado firmemente grabadas en sus mentes.
Zhao Tiezhu estaba muy satisfecho con esta escena y asintió con aprobación.
—Bien, ya que todavía recuerdan lo que dije, en ese caso, mi regreso esta vez significa el fin para Zhang Yu. ¡Definitivamente haré que pague!
—¡Es hora de vengar a la Tía Lanxiang!
Mientras pronunciaba estas palabras, Zhao Tiezhu rebosaba de confianza, y una sonrisa no pudo evitar aparecer en su rostro.
La sonrisa de Zhao Tiezhu disipó instantáneamente la atmósfera triste, y las hermanas, mirando su actitud confiada, parecían estar contagiadas por ella. Apretaron los puños y asintieron vigorosamente.
De hecho, esta era la primera vez en mucho tiempo que las hermanas se relajaban.
En los días en que Zhao Tiezhu no estaba, estaban extremadamente ansiosas, temiendo que su padre les tomara aversión y simplemente las matara a ambas.