Ambos puños estaban cargados con toda la fuerza que poseían.
En el momento en que sus puños colisionaron, un sonido sordo hizo eco.
Ninguno pudo evitar retroceder dos pasos.
En ese momento, la mirada que intercambiaron fue de considerable sorpresa.
Zhao Tiezhu sabía que había sido sometido a varias mejoras por el Poder Divino; su fuerza no era algo que una persona común pudiera igualar. Sin embargo, Zhang Yu le hizo frente sin quedarse corto.
Era evidente que Zhang Yu debía tener alguna habilidad extraordinaria; de lo contrario, no se habría atrevido a matar a alguien a sangre fría.
Después de todo, las personas se resisten cuando las están matando; no es que no vayan a defenderse. Una vez que lo hacen, existe cierta posibilidad de ser asesinado a cambio.
Liu Man y Liu Na observaban a Zhao Tiezhu y Zhang Yu, retrocediendo silenciosamente hacia la puerta, incapaces de contener su impulso de dar un paso atrás.