Es innegable que en este momento, Zhao Tiezhu también se sintió un poquito indefenso debido a la audaz mujer que lideraba el ataque.
No había esperado que estas mujeres fueran tan atrevidas —valientes más allá de su imaginación más salvaje.
Y después de que la mujer a cargo tomó la iniciativa, las otras dos también comenzaron a actuar; no podían esperar para extender sus manos y comenzaron a acariciar el cuerpo de Zhao Tiezhu de un lado a otro.
Era como si temieran que Zhao Tiezhu saliera corriendo y eludiera su contacto.
Con su actitud similar a la de un cerdo muerto que no teme al agua hirviendo, Zhao Tiezhu sintió que una ola de impotencia lo invadía.
Había subestimado a estas tres mujeres.
Nunca pensó que serían tan difíciles de manejar.
Con esta realización, Zhao Tiezhu no pudo evitar soltar un largo suspiro.
Sin embargo, Zhao Tiezhu también sabía que si las dejaba continuar así, en solo unos minutos, el trío ganaría ventaja.