Liu Zheng colocó su mano sobre la rodilla de ella, mirándola a los ojos y dijo suavemente:
—Li Yanling, según la medicina china tradicional, tu cuerpo tiene un cierto desequilibrio entre el Yin y el Yang. Necesito diagnosticarte más a fondo para darte una respuesta precisa.
Li Yanling levantó ligeramente sus delgadas cejas, con una sonrisa juguetona apareciendo en sus ojos. Dijo en tono burlón:
—Oh, entonces ¿cómo me vas a diagnosticar, Doctor Liu? ¿Necesito quitarme la ropa?
El rostro de Liu Zheng se puso un poco rojo. Se aclaró la garganta, tratando de ocultar la agitación dentro de él. Sonrió y dijo:
—Por supuesto, eso no será necesario. Solo necesito observar tu tez, la capa de la lengua y el pulso, y podré determinar preliminarmente tu condición.
Li Yanling se mordió el labio suavemente, fingiendo timidez mientras decía:
—¿Podría el Doctor Liu venir personalmente a observar, entonces?