—Si no es tu culpa, ¿entonces de quién es? Yo corriendo a reconciliarme con Xu Yang fue la razón por la que decidí celebrar anticipadamente con las chicas. No pude contactarte por teléfono, y cuando no pude pedir dinero prestado, me vi obligada a empeñar mi reloj. No lograste volver con Xu Yang, y yo no pude conseguir dinero de él. Por eso tuve que vender el coche para recuperar el reloj, lo que llevó a tal incidente.
Liu Yujuan se mantuvo firme, sin sentir culpa alguna—todo era culpa de Zhao Yulu.
—¡Estás siendo completamente irracional! —exclamó Zhao Yulu con ira.
—¿Qué tiene de irracional? Estoy exponiendo los hechos. Olvídalo; de todos modos no pretendía culparte —Liu Yujuan hizo un gesto despectivo, continuando con su comida.
La conversación exasperante le quitó el apetito a Zhao Yulu.
Esta era su propia madre.
Y sin embargo, la culpa de alguna manera recaía sobre ella.