—¿Esta empresa está ubicada en la capital? —preguntó Jiang Yuheng.
—Sí, estoy en la capital ahora mismo —respondió Xu Yang.
—Mierda, ¿cómo acabaste allí? —dijo Wang Xiaocong.
—Vine aquí por negocios y casualmente me encontré con esta oportunidad de inversión —explicó Xu Yang.
—Xu Yang, por lo que dices, no sabías de esto antes de ir allí, y aun así lograste encontrar una oportunidad de inversión. Estoy realmente impresionado —comentó Su Wenbin.
—Esa visión para invertir es verdaderamente incomparable —afirmó Jiang Yuheng.
—Parafraseando un dicho, no es que no haya oportunidades de inversión bajo el cielo, sino que faltan ojos para encontrarlas. Xu Yang tiene esos ojos. No puedes evitar admirarlo —dijo Wang Xiaocong.
—Bien, prepárense. Es mejor si llegan antes del mediodía de mañana, y firmaremos el contrato en la empresa por la tarde —indicó Xu Yang.
Los tres, incluido Wang Xiaocong, respondieron que no habría problema.