1:45 p.m.
La sala de reuniones de negociación.
Varios accionistas, incluido Huang Chi, ya habían llegado.
—¿Qué demonios está haciendo Qiu Wenyu? ¿No viene Pingüino solo a las tres de la tarde? ¿Por qué nos pidió venir ahora?
—No lo sé, le pregunté pero no quiso decir.
—Estaba durmiendo tan bien durante mi siesta, y me despertó. Realmente molesto.
Los accionistas se quejaban entre ellos.
—Presidente Huang, usted es el mayor accionista, ¿sabe qué está pasando? —alguien le preguntó a Huang Chi.
—No tengo idea, también le pregunté, y tampoco me lo dijo —Huang Chi también desconocía la situación.
—Hablando de eso, la oferta de Pingüino es demasiado baja. Después de dos días de negociación, solo han accedido a añadir dos mil millones. Todavía está lejos de nuestra demanda de sesenta mil millones.
—Entonces sigamos presionándolos. Ciertamente no estoy dispuesto a vender a un precio tan bajo.