Al escuchar las palabras de la Hermana Zhou, los jóvenes chicos y chicas explotaron una vez más.
—Vieja, ya hemos dicho que no somos actores pagados, ¿y todavía te atreves a llamarnos así? No voy a dejar pasar esto —dijo uno.
—Vieja, que Shen Ying'er tenga una asistente como tú es una completa vergüenza para ella —añadió otro.
—Vieja, estaba pensando en seguir apoyando a tu Señorita después de convertirme en fan, pero viendo cómo te comportas, he decidido pasar de fan a odiador de Shen Ying'er —declaró un tercero.
—Sí, yo también —alguien estuvo de acuerdo—. Shen Ying'er no merece nuestro apoyo con una asistente como tú.
—Y no somos solo nosotros —juró alguien—. Le diremos a todos los demás que apoyan a Shen Ying'er que conviertan su amor de fan en odio también.
...
La Hermana Zhou ignoró a estas personas y en su lugar miró fijamente a Zhao Yuxin, quien estaba tan enojada que no podía encontrar palabras para hablar, y se burló: