—Haz tu movimiento.
Esta frase, cuando salió de la boca de Chu Fengmian, fue como un cuchillo que se clavaba en el corazón del quinto anciano.
Como anciano que portaba el arma guardiana de la ciudad del clan Lin, la Lanza Haofeng, su presencia era formidable.
Sin embargo, Chu Fengmian tuvo la audacia de decir que la fuerza del quinto anciano ni siquiera era suficiente para que Chu Fengmian desenvainara su espada.
Tal actitud era simplemente una forma de desprecio hacia el quinto anciano.
—¡Bien! ¡Mocoso arrogante! ¡Veamos si puedes seguir siendo tan arrogante por mucho tiempo! —rugió el quinto anciano con rabia mientras ponía en movimiento la Lanza Haofeng.
Mientras la Lanza Haofeng danzaba, un viento violento se arremolinaba a su alrededor.
—¡Qi Púrpura Viniendo del Este!
Con un giro de su técnica de lanza, el quinto anciano embistió ferozmente hacia Chu Fengmian.