—Muy bien, me ocuparé de la situación, pero esta será la última vez que lo haga. No volveré a limpiar semejante desastre —Lu Zi Zhen resopló mientras tomaba un vaso de leche y regresaba al comedor para sentarse en su silla.
—Mírenlo... Mírenlo —Lu Wan Ruyi hizo un puchero mientras sus ojos brillaban con lágrimas.
—Solo se está preguntando cómo es que hiciste una inversión equivocada esta vez, no es normal en ti. Nunca has hecho una inversión tan estúpida —Lu Ting Cheng recogió algunas frutas y regresó al comedor mientras Lu Wan Ruyi los seguía con la cabeza agachada, ya más calmada. No sabía por qué, pero confiaba en que Lu Zi Zhen podría manejar la situación.
Se sentó de nuevo en la silla del comedor junto a Lu Zhi Hao, quien no había notado nada y tenía los ojos fijos en su vientre.