—¿Ya terminaste de hacer ejercicio? ¿Cómo te sientes? —él se acercó y rodeó su cintura con los brazos, levantándola antes de llenarle la mejilla y el cuello de besos.
—Jeje... ¡Para! ¡Me estás haciendo cosquillas! Jeje... Para... Para... Me estás haciendo cosquillas... —ella se rió mientras envolvía las piernas alrededor de su torso y los brazos alrededor de su cuello. Él sostenía firmemente su cintura que se estaba redondeando.
—Muy bien, date una ducha mientras te preparo una prenda para que te pongas hoy. —él la llevó al baño, la dejó allí antes de dirigirse al vestidor para buscar el vestido de maternidad perfecto para que ella usara, ya que visitarían el hospital. No era bueno ser reprendidos por los médicos por no seguir las instrucciones.
Lu Wan Ruyi se refrescó apresuradamente, se secó antes de caminar hacia el vestidor, con su cuerpo envuelto en una toalla aunque no cubría mucho.