Capítulo 82; ¡Pequeño mocoso!

Lu Wan Ruyi nunca había pedido nada. Y sin embargo, ella era la única que nunca lo había decepcionado. Su lealtad había sido recompensada mil veces —en amor, en paz y en la silenciosa fortaleza con la que sostenía a su familia.

¿Cómo podría ser ingrato? ¡Si no fuera por ella, él no podría ser quien es ahora! Ella había contribuido mucho.

La mujer, que una vez fue su esposa, una vez la madre de sus hijos, cayó en un amargo silencio. Había regresado pensando que la sangre por sí sola le aseguraría un lugar, pensando que las posiciones de sus hijos la elevarían, y a través de ellos, podría conseguir algo. Pero estaba muy equivocada.