Cao Mei resopló ligeramente y se recostó en el sofá detrás de ella.
—El Presidente Song ya ha prometido no competir con la Familia Lu por las vetas número 1 y número 3, y nadie más tiene la capacidad de competir, así que ¿por qué deberíamos cooperar con ustedes?
La expresión de Jinglan Xiao permaneció inmutable mientras decía con indiferencia:
—La razón es... Zhaozhao Lu no es hija de la familia Lu. ¿Qué pasaría si sus padres actuales supieran lo valiosa que es su hija? ¿Crees que vendrían a reclamarla?
...
El rostro de Cao Mei se puso pálido al instante, pero aún intentó mantener la compostura, apretando los puños sin decir una palabra.
Jinglan Xiao estaba satisfecha con su pequeña reacción y añadió otra frase:
—Ah, cierto, Zhaozhao es una niña tan bien portada, siempre escuchando a sus padres, ¿no es así? ¿Crees que sus padres biológicos sienten curiosidad por cómo vivió su hija antes?