—Yo...
Lu Zhaozhao abrió la boca, pero las palabras llegaron a sus labios y las tragó de nuevo.
Sin embargo, pronto encontró otro tema para desviar la conversación:
—Solo estaba preocupada porque tú y la Familia Lu ya habían firmado un acuerdo para renunciar a esas dos vetas de mineral. ¿Qué pasaría si te hubieran grabado en cámara? ¿No sería eso un incumplimiento de contrato?
...
Song Sinian no hizo ningún sonido, solo observaba en silencio a Lu Zhaozhao.
—Plic-plac, plic-plac...
Las gotas de lluvia golpeaban contra la ventanilla del coche, reflejando la inquietud del corazón de Lu Zhaozhao.
—Pum-pum, pum-pum —latía sin parar.
Song Sinian suspiró silenciosamente y hundió su cabeza en el hombro de Lu Zhaozhao:
—Entonces... ahora que la Familia Lu ha comprado esas dos vetas de mineral a un precio tan desgarrador, ¿estás feliz?
Lu Zhaozhao se sorprendió un poco, pero aún así asintió:
—Mmm, feliz.