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Para cuando el director y Teresa llegaron, la cara de Xia Wenjin ya estaba hinchada por la paliza.
Al ver el caos en el estudio de arte, tanto al director como a Teresa casi se les cae la mandíbula.
Cuando Xia Wenjin vio al director, inmediatamente gritó histéricamente hacia él:
—Director, tiene que defenderme, buaaaa... ¡esta mujer loca me golpeó! Ella...
Las cejas de Wen Qingyu se fruncieron al escuchar las palabras de Xia Wenjin, lista para lanzarse contra ella nuevamente.
Si no fuera por el agarre firme de Lu Zhaozhao, la cara de Xia Wenjin seguramente habría recibido otra marca de bofetada.
El director miró alrededor desconcertado, presionándose las sienes debido al dolor de cabeza:
—¿Puede alguien decirme qué está pasando aquí?
—¡Atacaron a la gente sin razón y colocaron cámaras ocultas en el estudio!
—¡El desastre en el estudio debe haber sido obra de ellos mismos!
La boca de Xu Zhenzhen se torció: