Capítulo 5 El Fracaso al Atrapar a los Infieles

Huo Shiqian estaba de pie con los brazos cruzados, su expresión indescifrable, fingiendo no notar los movimientos furtivos de He Qing.

—¿Buscas a alguien? ¿En mi habitación?

—No, no, no es eso. No teníamos idea de que estabas aquí... —He Qing solo pudo admitir la derrota, ya que la situación había llegado hasta este punto.

Los ojos de Huo Shiqian eran como espadas afiladas, recorriendo a las tres personas.

Su compañero, pateado al suelo, se encogió de miedo, tragando saliva.

He Qing solo pudo armarse de valor para explicar:

—Un malentendido, todo es un malentendido... es mi amiga, mi amiga dijo, dijo que su hermana entró en tu habitación, así que nosotros...

En su prisa, empujó a Xia Lan hacia adelante.

Xia Lan fue empujada al frente.

Miró a Huo Shiqian con la boca abierta, atónita.

¿Quién era este? ¡Este no era en absoluto el hombre que ella había planeado originalmente para el plan!

¿Cómo podía odiar tanto a Xia Chuyi y luego arreglarle un hombre con tan buen aspecto? ¡Realmente se lo estaba poniendo demasiado fácil!

El hombre frente a ella era alto y fuerte, con una presencia imponente. Xia Lan estaba tan asustada que le temblaban las piernas.

Pronto, calmó su mente, exprimió algunas lágrimas y miró a Huo Shiqian con una expresión lastimera, como una flor de peral bajo la lluvia.

—Fui, fui yo quien lo vio. Vi a Xia Chuyi entrar en esta habitación anoche con mis propios ojos, y se quedó toda la noche hasta esta mañana sin salir. Estaba tan preocupada por ella...

—Hermana Lan, ¿qué estás haciendo aquí?

Una voz femenina nítida resonó por el pasillo.

Xia Chuyi, jugando con la trenza sobre su pecho, sonrió y se acercó a paso tranquilo.

—¿Xia Chuyi? Imposible, imposible, claramente te vi... —Xia Lan sacudió la cabeza violentamente.

—¿Viste qué? —Los ojos de Xia Chuyi se curvaron como pequeños barcos.

—No, no, no puede ser... —El rostro de Xia Lan estaba lleno de incredulidad.

—¿Qué está pasando? ¿Qué ha ocurrido? —preguntó Xia Chuyi de nuevo, fingiendo la inocencia de una joven.

A su lado, Huo Shiqian emanaba frialdad, He Qing tenía una expresión incómoda, y la persona en el suelo parecía completamente confundida.

—Chuyi, yo, yo, no regresaste en toda la noche de ayer... estaba preocupada por ti...

Ella interrumpió a Xia Lan:

—Hermana, ¿qué estás diciendo? ¿No estuvimos juntas anoche?

—No, no, saliste, ¿verdad? Te vi... —Xia Lan, ansiosa, intentó intervenir.

—¿Qué quieres decir con que salí? ¿Adónde iría? ¿Cómo podría posiblemente... Hermana Lan, debes estar sonámbula. Vine aquí contigo para visitar a parientes, sin conocer el lugar, y como una chica, ¿cómo me atrevería a salir sola por la noche? Más importante aún, has sido tan buena conmigo, tan atenta, ¿cómo podrías permitirme hacer algo tan peligroso, verdad?

Xia Chuyi fijó su mirada en Xia Lan como un clavo, su aluvión de preguntas dejando a Xia Lan sin palabras.

En efecto, ¿no era ella su buena hermana mayor? Entonces, ¿por qué una buena hermana mayor se quedaría de brazos cruzados viendo a su hermana menor salir por la noche, sin regresar hasta el amanecer antes de finalmente reaccionar con aparente preocupación y buscar a alguien?

Fue solo porque en su vida anterior, cuando Xia Chuyi experimentó un gran cambio y su mente estaba llena de los acontecimientos de la noche anterior, que no se había dado cuenta de este punto.

Más tarde, simplemente sospechó que Xia Lan había permitido que la situación se agravara, sin saber que todo había sido cuidadosamente orquestado por ella.

Sin embargo, este asunto no debía ser mencionado en este momento.

Las deudas de la vida pasada, las cuentas de esta vida, en el futuro, las saldaría una por una.

Xia Lan, negándose a ceder pero también sin atreverse a decir más, apretó los dientes, revelando una mirada lastimera de he-visto-días-mejores mientras bajaba la cabeza.

Atrapar al ladrón con evidencia, atrapar al adúltero en el acto, su plan había fracasado por completo.

Jugando con su trenza y pareciendo disfrutar del espectáculo, Xia Chuyi fingió no ver el destello malicioso en los ojos de Xia Lan. Tenía curiosidad por ver cómo Xia Lan se explicaría ante ella.