Huo Shiqian escuchó atentamente las historias del Tío Xia, asintiendo ocasionalmente para mostrar su acuerdo.
Después de un intercambio amistoso, el Tío Xia tuvo una impresión aún mejor de él.
Hacia el final, Huo Shiqian se levantó y extendió su mano a Xia Chuyi, diciendo:
—Camarada Chuyi, hola. En nombre de la organización, te expreso cuidado y saludos.
Su acción fue tan fluida y natural que el Tío Xia no le dio mucha importancia, considerándola parte de un proceso formal de saludo.
Xia Chuyi miró la expresión seria de Huo Shiqian y su palma grande, claramente articulada y extendida.
Secretamente sacó la lengua en su corazón.
Con reverencia y ansiedad, dio un paso adelante y tomó su mano, agitándola arriba y abajo mientras decía:
—¡Hola, Tío Ejército de Liberación!
Parecía una estudiante de primaria conociendo a un líder.
Huo Shiqian levantó ligeramente la ceja, su expresión sin cambios, y dijo suavemente:
—¿Tío Ejército de Liberación?