Una cosa que Gray despreciaba más que cualquier otra era ver a las personas abusar de su poder.
El humor de Gray, que había estado tranquilo y sereno antes, ahora se tornó amargo. Lo llevó de vuelta a tristes recuerdos. Recuerdos de su vida cuando todavía luchaba por conseguir trabajo. Recuerdos de cuando pensó en suicidarse porque lo despidieron sin motivo.
Esa situación no era diferente de la situación actual.
Gray se levantó lentamente de la silla. Agarró la carpeta, la colocó bajo su brazo y salió de la oficina sin pronunciar una sola palabra.
Las luces fluorescentes del pasillo trasero parpadeaban ligeramente sobre su cabeza mientras caminaba, sus zapatos golpeando contra el suelo de baldosas.
Una vez que atravesó las puertas dobles hacia la tienda principal, se detuvo al borde del pasillo, dejando que sus ojos vagaran alrededor. Los clientes entraban y salían de las filas de estanterías, algunos comparando precios, otros llenando cestas con las necesidades del día.