Una Pequeña Advertencia

Finalmente era lunes por la mañana.

El fin de semana había pasado demasiado rápido para él, que ni siquiera recordaba cómo había transcurrido, excepto por el incidente en el supermercado.

Debido al incidente, Gray llegó a la oficina un poco más temprano de lo habitual.

Tan pronto como Gray entró al edificio, Marcus ya lo estaba esperando frente a su oficina. Como siempre, estaba vestido elegantemente y sus ojos parecían estar en alerta.

—Buenos días.

—Buenos días, Marcus —Gray asintió al hombre—. Lamento haberte llamado el sábado pasado.

—No hay problema. Jonathan también me pidió que hiciera algo de trabajo, así que de todos modos estaba en la oficina.

Gray suspiró. —¿Es así? —se había sentido mal por ello desde ayer. Fue el único momento en que se dio cuenta de que era fin de semana.

Parecía que necesitaba saber más sobre las leyes relacionadas con los empleados de la empresa. Estaba demasiado desinformado sobre ellas.