Emily y el inspector Thaddeus se dirigieron hacia la sede de la Orden de la Sombra, decididos a confrontar a los responsables de la desaparición de Henry Wilson. La noche era oscura y silenciosa, y la niebla se cernía sobre la ciudad como un manto de seda gris. La sede de la Orden era un edificio imponente y sombrío, con ventanas oscuras y una puerta de hierro forjado que parecía cerrada para siempre.
Al llegar al edificio, Emily se sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que estaban a punto de enfrentarse a algo peligroso. El inspector Thaddeus la miró y asintió con la cabeza. "Vamos a hacer esto", dijo, su voz llena de determinación.
Entraron en el edificio y se dirigieron hacia la sala principal. La habitación estaba llena de figuras sombrías, todas vestidas de negro y con rostros ocultos detrás de máscaras. El aire estaba lleno de un olor a incienso y a algo más, algo que Emily no podía identificar.
"¿Quiénes son ustedes?", preguntó una figura en el centro de la habitación, su voz llena de autoridad y poder.
"Somos los que van a hacer que paguen por lo que han hecho", respondió el inspector Thaddeus, su voz firme y decidida.
La figura se rió, una risa baja y siniestra. "No pueden hacer nada para detenernos", dijo. "La Orden de la Sombra es demasiado poderosa".
Emily se sintió un aumento de adrenalina en su cuerpo. Estaba lista para luchar. "No vamos a dejar que sigan haciendo daño a inocentes", dijo, su voz llena de convicción.
La figura se levantó y se acercó a ellos. "¿Y qué van a hacer para detenerme?", preguntó, su voz llena de desprecio.
El inspector Thaddeus sonrió. "Tenemos pruebas", dijo. "Pruebas que van a hacer que caigan".
La figura se rió de nuevo. "No tienen nada", dijo. "Nada que pueda hacernos daño".
De repente, la habitación se llenó de policías, todos vestidos de uniforme y armados. "Tenemos una orden de arresto", dijo uno de ellos, su voz firme y autoritaria.
La figura se detuvo en seco, su rostro oculto detrás de la máscara. "No pueden hacer esto", dijo, su voz llena de pánico y desesperación.
"Ya es demasiado tarde", dijo el inspector Thaddeus, sonriendo. "La Orden de la Sombra ha sido desmantelada".
La habitación se llenó de gritos y protestas, pero Emily sabía que ya era demasiado tarde. La justicia había sido servida. La Orden de la Sombra había sido detenida, y los responsables de la desaparición de Henry Wilson iban a pagar por lo que habían hecho.
Emily se sintió un sentido de alivio y satisfacción. Había hecho lo que había que hacer. La aventura había terminado, y la verdad había sido revelada. Pero mientras salía del edificio con el inspector Thaddeus, se dio cuenta de que todavía había mucho trabajo por hacer. La ciudad todavía estaba llena de peligros y misterios, y Emily sabía que estaba lista para enfrentarlos. La niebla se cernía sobre la ciudad, pero Emily sabía que estaba lista para iluminar el camino.