Zayn se agachó para recoger el tótem antes de que Lily pudiera reaccionar. Lo giró en sus manos, levantando la mirada hacia ella. Su mandíbula se tensó.
—¿Por qué tienes esto? —preguntó con voz áspera.
Lily retrocedió un poco pero no apartó la mirada.
Zayn se puso de pie, alzándose sobre ella.
—Se supone que todos los tótems deben entregarse en el momento en que se encuentran —dijo con dureza.
Las palabras resonaron en las frías paredes de piedra. Lily se apretó contra la pared.
—¿Lo robaste? —espetó, acercándose más—. ¿Pensaste que simplemente podías quedártelo?
Ella se estremeció con fuerza. Su cuerpo se sacudió como si se preparara para recibir un golpe. Ojos fuertemente cerrados.
La imagen dejó a Zayn sin aliento. Se quedó inmóvil.
«Diosa... ¿qué estoy haciendo?». Retrocediendo, colocó una mano en una de las estanterías, tratando de estabilizarse.
—No voy a hacerte daño —dijo rápidamente, con voz más suave ahora—. Lily...