La habitación estaba dolorosamente silenciosa.
Lily estaba de pie en el centro, temblando ligeramente. Sus piernas se sentían débiles, su respiración superficial. Zayn estaba frente a ella, con los brazos cruzados, su rostro difícil de leer. El fuego en la habitación emitía calor, pero ella no podía sentirlo. Todo lo que sentía era miedo, pesado en su pecho.
—Solo dime la verdad —dijo Zayn, con voz baja pero afilada—. ¿Robaste los tótems?
Lily rápidamente negó con la cabeza, sus ojos ya llenándose de lágrimas. Su boca se movió lentamente, temblando un poco—pero clara.
—No.
Levantó una mano, colocando la otra sobre su corazón. Sus labios se movieron, tratando de decir las palabras que no podían salir. Todo su cuerpo estaba tenso.
Zayn entrecerró los ojos. —¿Estás jurándolo ahora?
Ella asintió lentamente.
Su voz permaneció fría. —No me mientas, Lily. No me importa lo que hayas pasado. Si descubro que estás mintiendo...
Sus manos temblaban, pero no retrocedió.