Capítulo 37: Deudas y Culpa

Zayn irrumpió en la estación del curandero, llevando a Lily en sus brazos. La sangre estaba esparcida por su pecho, pero no le importaba. No le importaban las miradas frías ni escuchaba los susurros que lo seguían por el pasillo.

Todo lo que veía era a ella.

—¿Es esa...?

—¿La está cargando?

—Solo es una esclava. ¿Por qué...?

La mandíbula de Zayn se tensó, sus ojos escaneando la habitación.

Un curandero dio un paso adelante, luego se detuvo cuando vio a quién sostenía Zayn. Su nariz se arrugó.

—Alfa, esa chica... es una prisionera. Una esclava. No pertenece aquí.

—Está herida —espetó Zayn, con voz baja y peligrosa.

Otro curandero murmuró entre dientes:

—Es la hija de nuestro enemigo. ¿Realmente quieres que desperdiciemos hierbas en ella?

Los ojos de Zayn ardieron.

—Dilo una vez más.

Cerraron la boca pero ninguno se atrevió a dar un paso adelante.

Entonces una voz habló detrás de ellos.

—Yo lo haré.

Zayn se dio la vuelta.