Capítulo 41: Veneno Servido Frío

—Lo escuché yo misma —susurró una sirvienta, con la voz apenas audible—. La declaró su Luna... justo frente al Rey Alfa y todos los demás.

—No puede ser —dijo otra, con los ojos muy abiertos—. ¿La mudita? ¿La está eligiendo a ella?

Victoria se detuvo en seco en el pasillo. Su sangre se heló, y luego hirvió.

—¿Qué acabas de decir? —ladró, su voz cortando el aire como un cuchillo.

Las dos sirvientas se quedaron inmóviles, palideciendo al instante.

Victoria se acercó pisando fuerte, agarrando el brazo de la más cercana—. Dímelo. Ahora.

La chica tragó saliva con dificultad, mirando alrededor como si quisiera huir.

—Yo—yo solo estaba repitiendo lo que escuché, Señora Victoria —tartamudeó—. El Alfa Zayn, él... lo anunció a los Alfas. Dijo que reclamaba a la chica muda como su Luna.

Las uñas de Victoria se clavaron en la piel de la sirvienta—. Todo. Dime todo lo que escuchaste.