Ruby cerró la puerta del dormitorio tras ella, apoyando la espalda contra ella mientras exhalaba lentamente. La tensión en sus hombros se negaba a aliviarse, sin importar cuánto intentara convencerse de que había manejado bien la situación.
Su mente reproducía la conversación con Stefan una y otra vez, buscando cualquier grieta en su historia. ¿Había dicho demasiado? ¿Lo había convencido, o solo había alimentado más sus sospechas?
«¿Puede alguien cambiar tanto realmente?»
Sus palabras resonaban en su cabeza, enviando una nueva ola de inquietud a través de ella. Stefan no era del tipo que acepta las cosas por su valor aparente. Incluso sin su vista, notaba los detalles más pequeños, su intuición parecía ser afilada como una navaja. ¿Quizás por eso le había pedido a Ivy que pospusieran su boda?