Podré Verte Otra Vez

Los ojos de Stefan parpadearon lentamente, pesados tras días de inconsciencia. La luz brillante de la habitación del hospital no le afectaba en absoluto, ya que todo lo que podía ver seguía siendo oscuridad.

Por un momento, antes de caer en la inconsciencia después del accidente, había esperado despertar y darse cuenta de que su ceguera de más de seis meses no había sido más que una pesadilla enfermiza, pero al despertar ahora, acababa de comprender que no era una pesadilla.

Todo lo que había estado sucediendo durante más de seis meses era real, e incluso el accidente que le había ocurrido también era realidad.

Estaba ocupado preguntándose cuándo las cosas volverían a ser como antes de su ceguera cuando la suave voz de alguien familiar llegó a sus oídos, y entonces se recordó a sí mismo que no querría cambiar nada, ya que eso borraría el amor que había experimentado de Ivy en estos últimos meses. Eso era lo que no querría.